Esto es simple... y cómo duele (para ver y oir)
Esta canción (y este video) son un pedido, una súplica, un grito de dolor, una búsqueda de redención. Poco puedo decir de Johnny Cash, no se si encontró su redención, pero sí se que poco antes de morir escribió esta canción, hizo un clip en el que puso videos de su propia vida, de la de sus hijos y su mujer y compañera, junto a él. Pero no sólo eso, sino que muestra con crudeza algunos puntos de su vida que presumo al menos difíciles.
La belleza que hay en esta canción es arrazadora y el video está a la altura de las circunstancias. La penumbra de su mansión, los manjares servidos de un banquete solitario, más penumbra, su museo abandonado, su mujer en la escalera escoltandolo mientras él pregunta "¿en qué me convertí?"; luego las imágenes de su juventud, rodeando una casa en medio de un campo, con su saco, sus hombreras, imágenes familiares y otras de alguna película perdida, una inundación y, finalmente él, hoy (aquel hoy en el que armó el video clip), todo una exposición de rastros de su intimidad que amplifican el registro expresivo del "videoclip" como tal.
Hizo arte de su vida, construyó un relato mítico que lo fundó a él mismo. Este video, con esta canción conforman una pieza de arte que lastima, que produce dolor, sí. Pero también produce belleza.
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